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jueves, 1 de noviembre de 2012

EE.UU.: La Eleccion Huracanada de Frankenstorm.


























Alfredo Jalife-Rahme (La Jornada)

La vez anterior inquiría: “¿Existirá un efecto Sandy, que azota Nueva York y la costa este, en los cruciales comicios de Estados Unidos (EU)? Las elecciones están tan apretadas que cualquier noticia y la capacidad de respuesta de los candidatos pueden afectar el resultado” (ver Bajo la Lupa; 28/10/12).

DeDefensa.org (28/10/12), centro de pensamiento geoestratégico europeo, desglosa la escatológica sorpresa de octubre del letal huracán Sandy bautizado como Frankenstorm –en alusión a una tormenta Frankenstein– que comporta “potenciales proporciones épicas y políticas considerables desde la catástrofe de Katrina, a finales de agosto de 2005”.

Dada la ventaja de Mitt Romney en las encuestas populares (que no se cotejan con la ventaja selectiva en el colegio electoral que lleva Obama), a juicio del portal europeo, el presidente pudiera salir beneficiado si juega al capitán valiente que socorre a los damnificados en las pequeñas aldeas perdidas o hasta en las grandes ciudades ya damnificadas por la crisis económica y privadas de electricidad y de víveres por la tempestad.

Cita la existencia de teorías de la conspiración (que suenan descabelladas hasta cierto punto): “Sandy es manipulada en un Frankenstorm, por algún procedimiento secreto (¡súper-sic!) del Pentágono, para hacer ganar a un presidente en zozobra”.

Es conocida la sicología colectiva sobre las catástrofes cuando los damnificados buscan tanto una explicación para su flagelada cosmogonía como al chivo expiatorio idóneo que pague por su recomposición mental perturbada.

A mi juicio, es de doble filo esta hipótesis de la manipulación climática por el Pentágono –existen muchas versiones sobre el proyecto HAARP que el mismo ex secretario del Pentágono William Cohen confesó y a lo que la prensa rusa le suele dar credibilidad–, ya que puede también perjudicar a Obama si no exhibe su liderazgo durante la contingencia.

El portal cita a Paul Joseph Watson (Infowars.com; 27/10/12), quien aduce que Sandy implique quizá mas preocupación en el campo de Obama, ya que su flagelo está garantizado que golpeé áreas de la costa donde domina Obama (…) Si la tormenta alcanza la escala de Katrina, la elección presidencial puede casi seguramente tener que ser pospuesta (¡súper-sic!), lo que solamente favorecería a Obama. Agrega que si el huracán acarrea destrucción y devastación, Obama sin duda buscará explotar la oportunidad para erigirse como líder y protector (muy similar a la reveración que cosechó Baby Bush después del 11/9).

Bernie Rayno, meteorólogo de AccuWeather.com, predice interrupciones eléctricas e inundaciones como el peor escenario que inhibiría la votación temprana en algunos estados, lo cual podría tener un impacto aún una semana después dependiendo de la calamidad.

Yahoo News especula que Sandy pudiera representar la sorpresa de octubre. Según Scott Bomboy, la tormenta es tan amplia que probablemente imponga severas condiciones en un área habitada por 66 millones de personas, incluyendo partes de Carolina del Norte, Virginia, Virginia del Oeste, Ohio, Pennsylvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Distrito de Columbia, Nueva York y Connecticut –curiosamente, muchos considerados estados indecisos (swing states).

Dedefensa.org insiste en que muy respetables políticos y ABC News “también sugieren que Sandy puede representar la sorpresa de octubre”, cuando algunos especulan que el huracán pudo haber sido artificialmente guiado (¡super-sic!) con el fin de impactar la elección.

Es sicológicamente normal que la sincronía de la elección y la enormidad de la tormenta alimenten las inquietudes electorales de algunos analistas carentes de una explicación fehaciente de la calamidad.

The Washington Post (29/10/12) ubica “cinco sitios donde Sandy puede afectar la elección”:

1) Filadelfia: es donde los demócratas ganan las elecciones en Pennsylvania ¿Se verá afectada la participación electoral?

2) Boston: es donde se encuentra el centro de campaña de Romney, mientras Obama tiene el suyo a salvo en Chicago. Una interrupción eléctrica puede afectar el manejo de la campaña de Romney. 

3) Suroeste de Virginia: Se pronostican tormentas de nieve que pueden impedir a los votantes acudir a las urnas (la parte más conservadora del estado: afecta a Romney).

4) La costa de Carolina del Norte y su parte occidental: esta parte enfrenta potenciales tormentas de nieve. El solo voto de la clase media urbana en Raleigh y Charlotte afectaría más a los republicanos.

5) Ohio (este y norte): “es donde se encuentran la mayor parte de las pequeñas ciudades donde Obama obtuvo su victoria en 2008. Parece que la tormenta podría afectar más a los votantes demócratas que a los de Romney.

Algo fundamental para la gran mayoría de los estados afectados es el voto temprano que no existe en Nueva Hampshire, pero que puede ser determinante en Virginia y en Ohio.

Jurek Martin, del Financial Times (30/10/12), coincide en señalar que Frankenstorm genera la sorpresa de octubre. Considera que en la tormenta beneficia al Partido Republicano, debido a la dificultad de transportación de los pobres (Partido Demócrata) en situación adversa. Muy discutible.

Cita un estudio académico (3 mil condados durante 64 años) en el que la votación disminuye casi uno por ciento por cada pulgada de lluvia y 0.5 por ciento por cada pulgada de nieve. El sentido común ostentaría lo contrario, pero como no hay nada que hacer ante la dictadura de las estadísticas, ergo, una pulgada de lluvia o nieve puede marcar la diferencia el primer martes de noviembre, si es que el Congreso no pospone la elección (cuya decisión también puede incidir en el resultado), lo cual denota, en última instancia, la extrema fragilidad del sistema plutocrático de EU y su sociedad fracturada: cualquier aleteo de una mariposa, dadas las condiciones iniciales de hipersensiblidad del sistema, provoca una tormenta a la distancia. Un punto crucial que aborda Jurek Martin es la situación sui generis de Virginia, donde se concentra la tormenta meteorológica y política: tiene una ley estatal que permite al gobernador (el republicano Bob McDonnell) posponer la elección hasta 14 días en caso de un desastre natural. Virginia cuenta con 13 votos en el colegio electoral. Ni imaginarse la querella electoral que empalidecería el conflicto de 2000 en Florida. Como si lo anterior fuera poco: a sólo cuatro días de la elección, debe salir el transcendental reporte del desempleo que puede sacudir al país, pero cuya publicación puede ser pospuesta, según Huffington Post (29/10/12), portal cercano a Obama. Aquí también se ha desatado la especulación, debido al control del Departamento del Trabajo por los demócratas.

Ahora si que nos encontramos ante una elección huracanada. Las bolsas de valores suspendieron su actividad por dos días y Gallup pospuso sus encuestas hasta el cese de la tormenta en medio de inundaciones y apagones masivos.

Obama tiene la oportunidad dorada de proyectar su titubeante liderazgo cuando planea el Síndrome Miguel de la Madrid quien padeció catatonia después del trágico terremoto de México que le fue severamente cobrado en las urnas y por la Historia.


Twitter: @AlfredoJalife

http://alfredojalife.com










































































































































































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