Eva Usi (La Jornada)
Descarta que revelaciones del ex agente de la CIA Snowden tengan efectos en la opinión pública
Una ráfaga interminable de flashes acompaña el paso titubeante del lingüista estadunidense Noam Chomsky, convirtiéndose en la muestra de su celebridad. Llegó a Bonn, Alemania, para abrir un foro global mediático de tres días, convocado por la emisora internacional alemana Deutsche Welle, que estos días está de fiesta al conmemorar el 60 aniversario de su fundación.
La visita del prominente antiglobalista estaba cerrada para las entrevistas, pero fue él quien hizo una excepción por tratarse de La Jornada. La visita del profesor emérito de lingüística del Instituto Tecnológico de Massachusetts y crítico acérrimo de la política estadunidense coincide con la del presidente Barack Obama a Berlín, en un momento en el que su administración es criticada por su programa de drones y de espionaje para supuestamente proteger a los estadunidenses de potenciales ataques terroristas.
La suave voz de Chomsky no ha perdido filo. El ícono de la izquierda intelectual no tiene pelos en la lengua, al llamar burla la concesión del Premio Nobel de la Paz a Obama –al inicio de su gestión– y calificar a Estados Unidos e Israel de principales amenazas a la paz mundial. “Estados Unidos lleva a cabo una campaña global antiterrorista que no tiene contraparte. Esos drones son armas de terror”, afirma Chomsky, y pone de ejemplo el ataque en un poblado en el que un supuesto terrorista ha sido asesinado. Si estás ahí y resultaste herido, te sentirás aterrorizado. Son aparatos para aterrorizar poblados, regiones. De hecho, países enteros.
El pensador remite durante la conversación a un estudio realizado por las universidades de Stanford y de Nueva York, que analizaron los efectos de una guerra con el uso de drones y llegaron a esa conclusión. Su utilización es sumamente peligrosa, porque con ello se está escalando el peligro de una guerra nuclear, advierte. Según Obama, la mayor amenaza a la paz mundial es el programa nuclear iraní, pero eso es una obsesión occidental. Los aliados de Estados Unidos en el mundo árabe, Egipto, Irak, Yemen y otros tal vez no quieran a Irán, pero no lo consideran amenaza. Para estos países la principal amenaza son Estados Unidos e Israel.
Chomsky explica lo que él llama la estrategia de persuasión iraní. “Si tienen un programa nuclear, ni la inteligencia estadunidense lo sabe. Es una manera de impedir un posible ataque de Estados Unidos. Esto se convierte en algo intolerable para Washington, acostumbrado a hacer uso de la fuerza donde quiera.
Hay muchas maneras de lidiar con amenazas. De hecho, una de ellas acaba de pasar. Chomsky recordó la convocatoria a una conferencia en Helsinki, en diciembre pasado, para deliberar sobre una propuesta de países árabes para el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en la región. Incluso avanzar unos pasos mitigaría cualquiera amenaza. ¿Que pasó?, pregunta Chomsky, y él mismo responde: “A principios de noviembre Irán anunció que tomaría parte en la conferencia, y un par de días después Obama la canceló. Poco después hubo un encuentro organizado por el Washington Institute for Near East Policy, brazo del lobby israelí, al que asistieron oficiales de alto nivel de las administraciones Clinton, Obama y Bush. El único reporte que encontré fue en la prensa israelí. Decía que había sido un encuentro eufórico y que la diplomacia tenía todavía unos meses antes de que se produjera un ataque militar en Irán”.
El filósofo apunta hacia el débil efecto de la diplomacia cuando no se cree en ella. Para colmo, la opinión pública poco puede hacer al respecto. Nadie sabe lo que está pasando. Las opciones para lidiar con una supuesta amenaza son mantenidas en secreto, y lo más probable es que estemos marchando hacia una guerra muy peligrosa, advierte.
Para el lingüista, basta con poner en relieve el poderío militar estadunidense. Si un país tiene unas mil bases castrenses y su gasto en ese rubro es equivalente casi al del resto del mundo en su conjunto, y si su tecnología militar está más desarrollada, lo más probable es que esta correlación se traduzca en acciones, expresa.
Noam Chomsky desestima que tenga algún efecto sobre la opinión pública estadunidense la revelación de Edward Snowden sobre el programa de espionaje masivo llamado PRISM para extraer información de utilidad para la CIA en la lucha contra el terrorismo. Snowden cumplió con su responsabilidad ciudadana al dar a conocer lo que el gobierno de su país está haciendo con la gente. Dudo que tenga efecto, y eso lo puedes notar por las reacciones que ha habido. Las reacciones de la élite y de la opinión pública.
El crítico antiglobalista apuntó que la élite considera necesarios dichos programas para proteger el país de posibles ataques terroristas. “Pero la idea de que nos protejan del terrorismo es una broma. La administración de Barack Obama está escalando la amenaza terrorista con su programa de drones, campaña que genera terrorismo. Si matas a alguien durante un ataque con drones, el poblado completo se convertirá en semillero potencial de terrorismo. Eso lo saben al nivel más alto. No es ningún secreto. Oficiales de alto rango lo han advertido. Así están generando terroristas, pero eso ya tiene tradición”, asevera aludiendo a la guerra de Irak.
Interrogado sobre si para México es un desafío particular su cercanía con Estados Unidos, Chomsky responde recordando que Estados Unidos se encuentra hoy día en la mitad del territorio mexicano, conquistado en la guerra más perversa de la historia moderna, según el presidente Ulysses S. Grant. Tomemos como ejemplo las muertes por drogas que están destrozando México. Decenas de miles de personas asesinadas y la demanda viene de Estados Unidos. También los suministros vienen de Estados Unidos. La mayoría de las armas.
Chomsky critica a Estados Unidos y Canadá, principales consumidores, que están llamados a impulsar un cambio en la política de drogas que haga a un lado la criminalización del consumo y centre la atención en el tratamiento de adicciones y prevención. Se sabe que ello es mucho más efectivo y la mayoría de los países de Latinoamérica están de acuerdo en que la guerra contra el narcotráfico no tiene nada que ver con el consumo de drogas y sí ha sido sumamente dañina para las naciones de tránsito. Estados Unidos y Canadá rechazan un cambio, pese a que son el origen del problema. En el caso de Estados Unidos, con el agraviante de que es el principal proveedor de armas.
Chomsky considera que la democracia ha progresado sustancialmente en América Latina, donde por vez primera en 500 años los países se están liberando de la dominación occidental.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/06/22/index.php?section=mundo&article=018n1mun
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