David Swuanson (CounterPunch)
Hay un lado oscuro en el aluvión de informes y testimonios sobre los drones [aviones teledirigidos sin tripulación], aunque de muchas maneras son útiles. Cuando leemos que Amnistía Internacional y Human Rights Watch se oponen a los ataques de drones que violan el derecho internacional, es posible que muchos de nosotros nos inclinemos a interpretar eso como una declaración de que, de hecho, los ataques de drones violan el derecho internacional. Al contrario, lo que quieren decir esos grupos por los derechos humanos es que algunos ataques de drones violan la ley y algunos no lo hacen, y que se quieren oponer a los que la violan.
¿Cuáles son unos u otros? Incluso los mejores investigadores no lo pueden decir. Human Rights Watch estudió seis asesinatos mediante drones en Yemen y concluyó que dos eran ilegales y cuatro podrían serlo. El grupo quiere que el presidente Obama explique cuál es la ley (ya que nadie más puede hacerlo), que la cumpla (sea cual sea), que se compense a los civiles (si alguien puede estar de acuerdo en quiénes son los civiles y si realmente se puede compensar a la gente por el asesinato de sus seres queridos), y que el gobierno de EE.UU. se autoinvestigue. No se menciona la idea de que se inicien procedimientos judiciales por esos crímenes.
Amnistía Internacional estudia nueve ataques de drones en Pakistán y no puede decir si fueron legales o ilegales. Amnistía quiere que el Gobierno de EE.UU. se autoinvestigue, publique los hechos, compense a las víctimas, explique cuál es la ley, explique quién es un civil, y –notablemente– recomienda lo siguiente: “Donde haya suficiente evidencia admisible, que se procese a los responsables en juicios públicos y justos sin recurso a la pena de muerte”. Sin embargo, habrá un hueso muy duro de roer, ya que se pide a los responsables de los crímenes que definan qué es legal y qué no. Amnistía propone: “un estudio judicial de los ataques de drones”, pero un tribunal según FISA [Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera] que apruebe automáticamente los asesinatos mediante drones no los reduciría, y un aparato judicial independiente asignado para aprobar ciertos ataques de drones y no otros ciertamente aprobaría algunos, mientras inevitablemente aclararía al mundo el motivo por el cual lo hace.
Los informes de los relatores especiales de la ONU tal vez sean los informes más fuertes de esta semana, aunque todos los informes suministran mucha información. La ONU discutirá sobre los drones el viernes. El congresista Grayson llevará el martes a Washington niños heridos víctimas de drones (aunque el Departamento de Estado no permitirá que vaya su abogado). Se está llamando la atención respecto al tema y en su mayor parte es algo bueno. Los informes de la ONU hacen algunos comentarios útiles: los drones estadounidenses han matado a cientos de civiles; los drones convierten la guerra en la norma en lugar de una excepción; los ataques por asociación son ilegales; los ataques de doble golpe (ataques contra los rescatistas de las víctimas del primer ataque) son ilegales; asesinar en lugar de capturar es ilegal; la inminencia (como término para definir una supuesta amenaza) puede volver a definirse con el significado de posible o solo apenas imaginable. Y de un modo más fuerte los drones amenazan el derecho fundamental a la vida. Sin embargo, los informes de la ONU son tan serviles hacia el pensamientos del grupo de abogados occidentales como para permitir que algunos asesinatos de drones sean legales y para hacer tan compleja la determinación de cuáles lo son que nadie podrá llegar a decirlo, la determinación será política y no empírica.
La ONU quiere transparencia, y pienso que es una demanda más fuerte que pedir los supuestos memorandos legales que Obama tiene ocultos en un cajón y que supuestamente hacen que sus asesinatos por drones sean legales. No necesitamos ver esas contorsiones propias de abogados. Recordad el discurso de Obama en mayo en el cual afirmó que solo cuatro de sus víctimas habían sido estadounidenses y que para uno de esos cuatro había inventado criterios que debía seguir, aunque toda la evidencia disponible dice que no cumplió esos criterios incluso en ese caso, y prometió aplicar los mismos criterios a extranjeros, algunas veces, en ciertos países, según el caso. ¿Recordáis el aplauso liberal que mereció? De alguna manera nunca demandamos que el presidente Bush hiciera un discurso.
(¿Y visteis cuán contenta estaba recientemente la gente de que Obama haya secuestrado a un hombre en Libia, lo haya interrogado en secreto en un barco en el océano, y finalmente lo haya traído a EE.UU. para un proceso, porque era mejor que asesinarlo junto con sus vecinos? Las políticas de Bush se ven ahora progresistas).
No necesitamos los memorandos. Necesitamos los vídeos, las horas, los sitios, los nombres, las justificaciones, las víctimas y la secuencia en vídeo de cada asesinato. Es decir, si la ONU va a otorgar su aprobación para un nuevo tipo de guerra, pero pedirá una pequeña demostración de gratitud, así debería hacer. Pero detengámonos un minuto y consideremos. El consenso general según los abogados es que matar gente con drones está bien si no es un caso en el cual podrían haber sido capturados, no es “desproporcionado”, no es demasiado “colateral”, no es demasiado “indiscriminado”, etc., el cálculo es tan vago que nadie puede medirlo. No está mal que pregonemos las buenas partes de esos informes, pero dejemos claro que las Naciones Unidas, una institución creada para eliminar la guerra, está dando su aprobación a un nuevo tipo de guerra, mientras se realice adecuadamente, y otorga su aprobación en los mismos informes en los que dice que los drones amenazan con hacer que la guerra sea la norma y la paz la excepción.
No me gusta ser un aguafiestas, pero eso es abrumador. Los drones convierten la guerra en la norma, en lugar de ser la excepción, y los asesinatos por drones se van a considerar legales dependiendo de una variedad de criterios inmensurables. Y la condena de los ilegales será ninguna, por lo menos hasta que las naciones africanas comiencen a hacerlo, en cuyo caso el Tribunal Penal Internacional entrará en acción.
¿Qué hace que los drones armados sean más humanos que las minas terrestres, el gas tóxico, las bombas de racimo, las armas biológicas, las armas nucleares y otras armas que hay que prohibir? ¿Son más discriminadores los misiles de los drones que las bombas de racimo (quiero decir en la práctica documentada, no en teoría)? ¿Son suficientemente discriminadores, incluso si son más discriminadores que otros? ¿Posibilita la facilidad de utilizarlos contra cualquiera en cualquier sitio el que sean “proporcionados” y “necesarios”? ¿Si algunos asesinatos por drones son legales y otros no, y si los mejores investigadores no pueden decir siempre cuál es cuál, no continuarán los asesinatos por drones? El Relator Especial de la ONU dice que los drones amenazan con convertir la guerra en la norma. ¿Por qué arriesgarse? ¿Por qué no prohibir los drones armados?
Para los que se niegan a aceptar que el Pacto Kellogg Briand prohíbe la guerra, para los que se niegan a aceptar que el derecho internacional prohíbe los asesinatos, ¿no tenemos una alternativa entre la prohibición de los drones armados o ver que los drones armados proliferan y matan? Más de 99.000 personas han firmado una petición para prohibir los drones armados:// BanWeaponizedDrones.org. Tal vez podamos llegar a más de 100.000… o 200.000.
Siempre me ha parecido extraño que en una guerra civilizada, regida por las Convenciones de Ginebra, el único crimen legalizado es el asesinato. No la tortura, el asalto, la violación, el robo, la marihuana, mentir en los impuestos o aparcar en el lugar para discapacitados, solo el asesinato. ¿Pero podrá alguien explicarme por qué el bombardeo homicida no es tan malo como el atentado suicida?
En todo caso no es estrictamente verdad que todo el sufrimiento sea solo de una parte. Tal como aprendemos geografía mediante las guerras, aprendemos la ubicación de nuestras bases de drones mediante el efecto bumerán, en Afganistán y recientemente en Yemen. Los drones hacen que todos estén menos seguros. Como Malala acaba de señalar a la familia Obama, los asesinatos por drones alimentan el terrorismo. Los drones también matan con fuego amigo. Los drones, con o sin armas, se estrellan. Muchos. Y los drones hacen que la iniciación de la violencia sea más fácil, más secreta y más concentrada. Cuando el lanzamiento de misiles a Siria se convirtió en una gran cuestión pública, abrumamos al Congreso, que se negó. Pero lanzan misiles a otros países todo el tiempo, desde drones, y nunca nos lo preguntan.
Vamos a tener que pronunciarnos nosotros mismos.
David Swanson es autor de War is a Lie. Vive en Virginia, EE.UU.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/10/23/a-new-kind-of-war-is-being-legalized/ rCR
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