Manuel Tapial (Rebelion)
La creciente represión en Egipto contra los Hermanos Musulmanes ha conseguido ser la portada de todos los noticieros del mundo bajo los calificativos de “masacre” o “matanza”, pero esa unanimidad no se ha visto reflejada en las posiciones de los gobiernos representados en Naciones Unidas.
Mientras Francia y Alemania llamaban al resto de miembros de la UE a revisar sus politicas con el gobierno interino egipcio, EE.UU. suspendía las maniobras militares conjuntas pero no así las ayudas económicas de mas de mil trescientos millones de dólares. España por su parte, según ha revelado un díario español, se ha visto salpicada por la venta en los dos últimos años de mas de ciento treinta millones en material bélico al ejército y una tibia respuesta ante los acontecimientos.
Pero no, no todos los gobiernos son iguales. Una vez mas, desde América Latina se ha marcado la diferencia. El gobierno de Venezuela, con Nicolas Maduro a la cabeza, ha retirado su embajador del país árabe como medida de protesta por las sucesivas matanzas.
Por su parte, las redes sociales arden a favor y en contra del golpe de estado en función del modelo de democracia que cada uno prefiere pero omitiendo en la mayoria de los juicios de valor, el contexto histórico y los antecedentes de cómo se ha llegado hasta esta situación.
Tal vez lo mas preocupante, y que revela en que situación se encuentra la izquierda europea u occidental, es la falta de análisis geopolítico en lo que esta sucediendo en Egipto.
Lo que vimos en Argelia es lo que vimos en Palestina y es lo que ahora estamos viviendo en Egipto.
¿Qué posición tomar desde occidente?
Ni los arabistas mas consagrados son capaces de ponerse deacuerdo. Es dificil tomar una posición cuando la geopolítica se abre sitio y desde el exterior se alimenta un conflicto en función a interesés ajenos a los propios ciudadanos egipcios.
Ante la dificultad de absorver y clasificar toda la información que cualquier conflicto de intereses genera, la intuición ha de jugar un papel fundamental para al menos saber desgranar lo importante de lo urgente.
No hace falta ser un genio para comprender que mientras haya ingerencias extranjeras, de una manera o de otra, será imposible que los egipcios se vean obligados a encontrar puntos de encuentro que faciliten la reconciliación.
¿Casualidades?
Lo casual no existe en ningún conflicto armado y lo que hay en Egipto, aunque muchos se nieguen a llamarlo así, es un conflicto armado de baja intensidad. No es casual que Arabia Saudi se haya comprometido a mantener la ayuda económica a los golpistas en Egipto al igual que no es casual que EE.UU., pese a las críticas vertidas desde el Departamento de Estado, mantenga la suya.
No es casual que hubiera alianzas previas al golpe entre grandes magnates y los militares como bien lo describía el periodista egipcio Wael Gamal en una entrevista para el medio Jadaliyya.com.
Hay un dato que puede resultar clave en los próximos días o semanas y que hasta ahora ha pasado desapercibido entre tantas noticias de represión y muerte pero que puede ser significativo. La mas que posible designación de Robert Ford, actual embajador norteamericano en Siria, como embajador de EE.UU. en Egipto.
Según algunas fuentes, se trata de un experto en contra-inteligencia al servicio de los Republicanos y los Demócratas que mostró sus dotes en diferentes países árabes, hoy en día ardiendo, en conflictos internos como Iraq, Argelia y Siria.
El perfecto lanzallamas para avivar cualquier incendio.
En cualquiera de los casos, los paises árabes tendrán que comenzar a cambiar sus miras y emprender un proceso urgente de descolonización económica, cultural y política como única alternativa de autodeterminación.
Que lo que suceda tenga que suceder en Egipto se haya de decidir en EE.UU. o que lo que tenga que suceder en Líbano se decida en Francia ha de abrasar las tripas de cualquier árabe.
Publicado originalmente en www.activistak.com Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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