La dramática vida de niñas hondureñas prostituidas en el estado mexicano de Chiapas fue narrada por una diplomática del país centroamericano.
La cónsul Patricia Villamil relató que estas menores son llevadas al territorio del sur de México, donde son diseminadas por bares y burdeles y forzadas a prostituirse.
En su testimonio a la prensa, afirmó que son niñas y adolescentes a quienes engañan, golpean, humillan y violan.
Villamil hizo pública su denuncia, dijo, para que el gobierno mexicano responda de manera eficaz y desarticule a esas mafias.
Generalmente se les ofrece un falso empleo y luego son trasladadas a esos centros de corrupción, donde viven como esclavas modernas.
Aunque en otras ocasiones son secuestradas por las mafias, a veces hasta en escuelas y orfanatos.
Las obligan a trabajar sin pago alguno, solo les dan ropa y comida, explicó al periódico La Prensa el fiscal especial para delitos contra emigrantes de Chiapas, Enrique Méndez.
A esas menores, en un cruel eufemismo, les llaman "mercancía" y como tal son tratadas.
En muchos de los bares hay entre ocho y hasta 14 prostitutas extranjeras, fundamentalmente centroamericanas.
Las menores son las más requeridas por dueños de estos antros, no sólo porque atraen más a la clientela, sino para manipularlas con mayor facilidad.
Mientras más jóvenes son, más inexpertas. Tienen menos recursos intelectuales y emocionales para responder, comentó Rodolfo Casillas, un experto en migración.
Ellas provienen de sociedades donde son excluidas, no tienen cultura de ciudadanía, ni hábito de acudir a las instituciones para hacer una denuncia, agregó el experto.
Este tráfico de menores se inicia en comunidades pobres de los departamentos hondureños de San Pedro Sula, Comayagua y Olancho, luego sigue por Guatemala, hasta Chiapas.
La prostitución infantil, un flagelo cada vez más extendido en el planeta, es en el fondo resultado de la pobreza, coinciden los estudiosos de este crimen.
El bajo nivel de vida crea el entorno de carencias, ignorancia, desespero y demás consecuencias por lo cual numerosos pequeños caen víctimas del más repudiado de los crímenes.
Se calcula que en todo el mundo se obliga anualmente a más de un millón de niños a prostituirse, se les compra y vende con fines sexuales o se les emplea en la industria de la pornografía, según el sitio digital portalplanetasedna.
La pobreza en las áreas rurales de Honduras se incrementó en 1,2 por ciento después del golpe de Estado ocurrido en ese país centroamericano en junio de 2009, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Un informe del INE indica que en 2010 se registraron 100 mil personas más en estado de pobreza, lo cual señala que el índice ascendió del 58,8 por ciento al 60 en los últimos 12 meses.
El director del INE, Ramón Espinoza, sostuvo que alrededor de cinco millones de hondureños viven en la pobreza.
Precisamente de ese entorno salen estas menores, ilusionadas con la falsa promesa de un empleo en el extranjero, como trabajar en un restaurante o en una fábrica de ropas.
Pero realmente son ultrajadas cada día en bares y burdeles, muy distantes de sus casas y de sus sueños interrumpidos de niñas y adolescentes.
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